Exposición colectiva en General Expenses, CDMX
2023.
¡Felices los tiempos en que el cielo estrellado es el
mapa de todos los caminos posibles, tiempos en
que los senderos se iluminan bajo la luz de las
estrellas! Todo en aquellos tiempos es nuevo y, a la vez,
familiar; los hombres salen en busca de aventuras pero
nunca se hallan en soledad. El universo es vasto pero
es como el propio hogar, pues el fuego que arde en las
almas es de la misma naturaleza que el de las estrellas.
mapa de todos los caminos posibles, tiempos en
que los senderos se iluminan bajo la luz de las
estrellas! Todo en aquellos tiempos es nuevo y, a la vez,
familiar; los hombres salen en busca de aventuras pero
nunca se hallan en soledad. El universo es vasto pero
es como el propio hogar, pues el fuego que arde en las
almas es de la misma naturaleza que el de las estrellas.
No hay un solo sujeto en la tierra que, en la arbitrariedad absoluta del universo, pueda volver a
sentir el abrazo hospitalario de la bóveda celeste. El corazón ya no puede sino reflejar el abismo
insondable de la noche. En su “Teoría de la Novela”, György Lukacs señala cómo en la modernida ocurre una pérdida del fulgor interno que en la antigüedad iluminaba los senderos del mundo, las
luces que irradiaban de sentido aquel recinto cerrado llamado totalidad. En adelante, advierte
Lukacs, la idea del mundo no nos dice nada, solo nos sobrevienen intentos desesperados de
reaprehender sus fragmentos; de reconstruir artificialmente la unidad natural de esferas
metafísicas que han sido destruidas para siempre
En medio de la crisis habitacional global, aquellas esferas adquieren la forma de una casa. Un casa propia. En un contexto en el que predomina la renta, la precariedad, el trauma y el embrujo, resulta imposible no pensar en la vivienda a partir del borramiento de sus límites; de las ansiedades ante su inminente desaparición. Ambientes inhóspitos y extraños emanan de una vida al interior de paredes falsas. “No hay Refugio en un Cielo Sin Estrellas” especula sobre la experiencia que aparece como respuesta a la desaparición de los astros, ya que el sentido se desmorona como el yeso, una vez que la casa ha sido infiltrada por el desastre. Sin estrellas para guiar el camino, cualquier significación posible se desdobla, se multiplica. Su existencia depende del artificio y su circulación.
Como intermediación fronteriza entre el ser humano y el mundo, la casa representa un cierre
inmunológico, un resguardo que reafirma la identidad del sujeto paranoide frente una constante
amenaza de tormenta. Sin embargo, al ser una extensión de la estructura psíquica y corporal de sus habitantes, la casa funciona más como una membrana: refleja filtraciones, porosidades, tránsitos y agujeros. Sobre estos actúan recuerdos, goteras, infecciones, criaturas y fantasmas. Afectadas por el tiempo, las casas son el lugar en el que se revelan las capas o los estratos de otros mundos. Del contraste con su familiaridad surge lo siniestro y lo maravilloso, lo raro y lo aterrorizante. Partiendo del arquetipo arquitectónico del hall o el recibidor, esta exhibición grupal canaliza el espectro de la casa al interior de General Expenses, con el objetivo amueblar el espacio de la galería de acuerdo al orden secreto en el que los recintos vacíos se transforman en hogares y estos, a su vez, en nidos negros, distorsiones del inconsiente, volumenes viscosos que rezuman las monstruosidades de la caverna familiar.
Entonces la casa empieza a funcionar como el umbral por donde se infiltra el afuera. Vestíbulo,
portal o antecámara, la estructura que debía protegernos de la violencia pierde su capacidad para
evocar una sensación de bienestar. En cambio, se presenta como una caverna, un espacio arcaico y virtual que se desdobla y multiplica en conexiones delirantes. La instalación que interrumpe el
espacio de la galería demarca una zona que no es ni adentro ni afuera. Denota un lugar que no se
deja habitar más que por afecciones y obsesiones. Sin cerradura para entrar, pero totalmente
abierta, sus entrañas presentan monstruos emparedados, niños deformes, muebles colapsando, espejos negros donde no hay retorno. Mutaciones. Esta casa no es un hogar y su entrada no es hospitalaria. Más bien, funciona como una aberración que oscila entre la cárcel y el fractal. La enfermedad de su cuerpo solo es perceptible a través de sus objetos. La colonización psíquica, la penetración y la preocupación constante de un mundo derrotado aparecen como el espacio para un habitar estresado y angustiante. No hay lugar para ocultarse pero tampoco un espacio absoluto. Sólo la posibilidad de vivir en fragmentos y su potencia debería bastarnos.
Esta exhibición es parte de un proceso transversal del grupo Cráneo (ahora C.R.N.0.), que conjuga la reflexión colectiva y la producción artística en torno a preocupaciones que intentan descentrar la
experiencia humana. Para la muestra en General Expenses, el colectivo presenta una instalación
colaborativa, un video-ensayo, un ciclo de video y una publicación resultado del seminario La
Caverna, una Casa.
– Craneo (ahora C.R.N.0), 2023

No hay refugio en un cielo sin estrellas
Instalación en colaboración con C.R.N.0
Metal, medidas variables.
2023.


Publicación facsimilar en colaboración con C.R.N.0
Impresión en inyección de tinta.
2023.
Descargar
La Oscura Intimidad del Hueco del Zapato
Zine audiovisual, medidas variables.
2022.



Vistas de instalación.